No me fío de ti, no creo que hagas las cosas sin pensarlas, sin querer. Ya no quiero lo que me ofreces, puesto que cuando lo necesitaba te reías de mí, no me importa, no me interesa, prefiero no tener nada, que sentirme utilizada.

Echo de menos correr bajo la lluvia, las gotas de agua como lágrimas bajo el cielo gris triste y apagado, sabiendo que debajo se encuentra el azul brillante y nuevo.

El olor de tu aliento inundado de tabaco y alcohol barato, la necesidad de sentirte y a la vez apartarte porque cada vez que me miras no sé qué pensar. Me siento querida y odiada, como si valiese de algo y estúpida, disimulando el deseo y el asco, deseando que me acaricies para sentir el amor y las ganas de empujarte lejos y cerca de mí.

Que pueda ser yo misma y esconderme, ya no importa cuando sólo uno estira y cuentan los sentimientos del que pone todo mientras se arrepiente.